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Osaka: otro Tokio por descubrir

Cuando hablamos de Japón lo primero que se nos viene a la mente es Tokio. Sin embargo, hay otra ciudad que está creciendo a pasos agigantados. De hecho es ya considerada como un segundo Tokio situado más al sur. Hablamos de Osaka.

Osaka (大阪) realmente se escribiría en el alfabeto latino como «Oosaka». Su primer kanji «Oo» (大) significa, principalmente, «grande». Ubicada en la isla principal de Honshuu (本州) es uno de los puertos y centros industriales más importantes del país nipón. A su vez, forma parte de la región de Kansai (関西) siendo el núcleo del área metropolitana Osaka-Koobe-Kioto que tiene casi 20 millones de habitantes.

Sin duda es uno de los destinos asiáticos preferidos por los amantes de Japón tras Tokio y Kioto. Muchos confunden Kioto y Osaka ciudades como rurales y cuyo rasgo característico es la tranquilidad por concentrarse en lo que fue la antigua capital del Japón feudal. Sin embargo, Osaka es todo lo contrario a rural, pareciéndose al Tokio más cosmopolita que conocemos.

Osaka posee una de las vidas nocturnas más ligadas al ocio de todo el archipiélago: bares de moda, restaurantes de todo tipo, karaokes, discotecas y todo un amplio abanico de actividades que hacer con amigos y colegas de trabajo.

Osaka crece a pasos agigantados. Muchos expertos aseguran que se convertirá en el próximo destino de los jóvenes que, hasta la actualidad, dejan sus respectivos pueblos para residir en la capital y ser una parte más del colosal tejido tokiota.

Mucho más que modernidad

Bajo una capa de modernidad y futurismo se esconde una ciudad bañada por la historia del Japón feudal. Uno de los ejemplos es el precioso castillo restaurado Osaka-jo, el monumento más visitados de todo el país.

A nivel de calle lo que más llama la atención a los propios japoneses es el curioso acento que tienen los autóctonos de Osaka comparado con la parte más este del país. Algo así como un gaditano comparado con un madrileño. El gaditano pertenecería a Osaka y el madrileño a Tokio. En muchos animes, películas e, incluso, programas de televisión el acento de Osaka se toma como algo divertido, afable y característico de esta zona de Honshuu.

En la gastronomía no podemos olvidar el famoso Okonomiyaki. Los propios japoneses conceden el premio a la región de Osaka como «los mejores Okonomiyakis que se pueden degustar en todo el país». El estilo de Osaka es único y delicioso.

El okonomiyaki es una especie de pizza o tortilla en la que se ponen una serie de ingredientes al gusto del comensal. Normalmente se usa cerdo, bacon o algas. Otros productos tradicionales de Osaka son los fideos Udon, el oshizushi (una especialidad de sushi) y los takoyaki (bolas rellenas de pulpo que se venden en los abaratados puestos en mitad de la calle).

 

 

Tokio: tradición y modernidad

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Tokio, capital de Japón, es una ciudad que se caracteriza por su diversidad y sus contrastes. Esto es debido a que hasta mediados del siglo pasado, Tokio era un pueblo anclado en su tradición y que no aceptaba las nuevas tendencias modernas que provenían de otros países. Pero poco a poco vio que le era favorable abrirse a las nuevas tecnologías, y empezó a evolucionar y desarrollarse de una manera sorprendente y veloz. A pesar de esto, algunos tokiotas quisieron mantener su pasado, su religión, sus creencias, sus templos y sus kimonos. Así que hoy en día, resulta de lo más impactante (aunque habitual) ver paseando a una señora vistiendo el kimono tradicional, al tiempo que pasan por su lado un grupo de ejecutivos trajeados.

En relación a su modernidad, hay varios barrios en Tokio que podéis visitar. Por ejemplo si os apetece salir por la noche a divertiros, Roppongi es el barrio de copas por excelencia, repleto de bares occidentales donde se juntan muchos extranjeros. Roppongi significa literalmente «6 árboles» y se cuenta que el nombre tiene su origen en la época de Edo, donde vivían 6 daymios (terratenientes) en la zona, cada uno con el kanji (carácter de la escritura japonesa) de un árbol en su nombre. Cuando queráis ir de compras, dirigíos a Shibuya, ya que es el barrio comercial de esta ciudad. Es el sitio más transitado de Japón, donde podemos encontrar el famoso cruce con pantallas gigantes en los rascacielos, donde se emiten anuncios ininterrumpidamente. Si buscáis un lugar exclusivo y de alto nivel, Ginza es tu barrio. El nombre de Ginza significa «lugar de la plata» pues en 1612 Tokugawa Ieyasu estableció una casa de fabricación de moneda allí. En este encontrareis grandes almacenes japoneses como Matsuya, Printemps, Mitsukoshi, Takashimaya… Para ver una magnífica panorámica de toda la ciudad, tenéis Shinjuku, el barrio donde se encuentran los rascacielos más altos y donde también podréis ver la Torre de Tokio, la cual recuerda a la Torre Eiffel de París. Los apasionados de las nuevas tecnologías no pueden dejar de visitar el barrio de Akihabara, conocido como la ciudad electrónica. Hay que tener en cuenta las diferencias técnicas y funcionales que hay entre los productos electrónicos de allí y los de aquí, (voltaje y conectores, por ejemplo). Akihabara también posee espacios para conferencias y congresos, exhibiciones, estudios y laboratorios de creación de contenidos digitales. Es además sede del Centro de Animación de Tokio. Finalmente, un impresionante lugar para ser contemplado es la famosa bahía de Tokio, de reciente construcción, situada en el barrio de Odaiba.

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Tokio también es famosa por su parte tradicional, así que nos centraremos en ella. Justo en el centro de esta ciudad, se encuentra situado Kokyo, el Palacio Imperial. Actualmente es la residencia de la familia imperial japonesa y en la antigüedad era el emplazamiento original del Castillo de Edo de los shogun Tokugawa que dominaron Japón desde el año 1600 hasta el año 1867. A pesar de que no podemos visitar el recinto, es interesante ver los alrededores del palacio, circundado por grandes murallas pétreas y fosos con cisnes. Tocando las murallas están los jardines exteriores, constituidos por millares de pinos. En el barrio de Asakusa tenemos el Templo de Sensoji, construido en el 645 y visitado cada año por unos 20 millones de personas. Se trata del templo más antiguo de Tokio y está dedicado a la diosa Kannon. Cuenta la leyenda, que en el año 628, dos pescadores encontraron una estatua de la diosa en el cercano río Sumida y que aunque dejaban una y otra vez la estatua en el mismo sitio, ésta misteriosamente siempre retornaba a ellos. Dicha estatua está custodiada celosamente en una pagoda del mismo recinto y no ha sido nunca mostrada en público. Junto al templo está el Santuario de Asakusa, donde se celebra el conocido festival de Sanja, en el cual miles de personas desfilan transportando tres santuarios portátiles en honor a los fundadores del templo, acompañados en su camino por música y bailes tradicionales des del amanecer hasta la noche. Es de las pocas ocasiones en las que se puede ver a los yakuzas o mafia japonesa, a los que se reconoce porque en un momento de exaltación conjunta algunos de ellos se quitan sus yukata (prendas tradicionales) con orgullo para mostrar y exhibir su rasgo más destacado, un cuerpo completamente tatuado. El barrio de Shibamata alberga los templos dedicados a los Siete Dioses de la Fortuna. También posee el Templo Taishakuten del año 1629, el cual posee la figura de Taishakuten. Esta se trata la diosa guardián que protege del mal a los otros dioses del budismo y a su vez a los humanos. En uno los costados de dicha estatua hay inscrito «este Sutra es la medicina para todas las personas enfermas del mundo». Cuenta la tradición que todo enfermo que escuche el Sutra será sanado. A los amantes del reposo os recomiendo pasearos por el viejo barrio de Nippori, donde está situado el Cementerio de Yanaka enmarcado por cerezos en flor. Es aquí donde seguro os envolverá por completo la tradición.

No dejéis de visitar Tokio. Esta espectacular y entrañable ciudad… ¡Conquistará vuestros corazones!

Kyoto: templos y jardines

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Kyoto, tal y como indica su nombre, fue la ciudad capital de Japón desde el 794 hasta el 1868. Actualmente esta ciudad conserva gran cantidad de vestigios históricos tanto artísticos como arquitectónicos. Este importantísimo patrimonio japonés está compuesto por templos, santuarios, palacios y jardines.

En Kyoto nunca os quedaréis sin nada que ver, puesto que alberga más de 1.600 templos budistas, centenares de sintoístas, un número considerable de villas imperiales y más de 200 jardines, además de diversos museos por visitar. El secreto para no agobiarnos con tantos posibles lugares turísticos es saber escoger lo más significativo e interesante.

Podemos empezar por el barrio de Gion, con origen en la Edad Media, y hoy en día donde podemos encontrar Geishas procedentes de todas partes de Japón. Si tenéis la suerte de ir en compañía de un japonés, podréis entrar en alguna ochaya (casa de té), donde disfrutaréis de las atenciones de estas cortesanas. Estas señoritas de compañía, a diferencia de lo que creen la mayoría de occidentales, no se dedican a vender su cuerpo, sino a divertir a hombres de negocios con sus habilidades para el arte (ceremonia del té, tocar instrumentos, canto, danza, arreglo floral, literatura y poesía clásicas). Si preferís una opción más económica para gozar de representaciones tradicionales, podéis dirigiros a «Gion Corner», donde veréis teatro kabuki, ceremonia del té y distintas danzas clásicas.

También resulta interesante pasear por la calle Pontocho, donde disfrutaremos de arquitectura antigua y de restaurantes con todo tipo de platos típicos. Con el kaiseki tendremos la posibilidad de catar una gran diversidad de platillos de todo tipo. Si deseáis una alternativa más asequible, en los ryokan (alojamientos tradicionales) del lugar igualmente podréis deleitaros con estos manjares.

Si nos apetece ver templos, no podemos perdernos el kinkaku-ji o templo dorado, recubierto de pan de oro y situado en medio de un impresionante lago con jardín a su alrededor. La fusión entre templo y naturaleza es asombrosa y única. Asimismo, este exquisito monumento alberga en su interior las reliquias de Buda. Del mismo modo podemos visitar el Ginkaku-ji o templo plateado, el cual, a pesar de no haber podido ser recubierto con plata tal y como estaba planeado, no deja de ser una auténtica belleza rodeada de agua y verdes árboles. Actualmente es un templo Zen. Si disponéis de tiempo, otros templos a los que podéis ir son: Hongan-ji, Kiyomizu-dera, Nanzen-ju y Ryôan-ji.

No puede faltar la visita al Palacio Imperial de Kyoto, en el que deberéis pedir hora para poder acceder. Vale mucho la pena verlo por su arquitectura, las obras de arte albergadas en su interior y sus jardines. El Castillo Nijô es otro monumento digno de ver y el cual fue declarado Patrimonio de la Humanidad en 1994. Dentro de este castillo encontramos el Palacio Honmaru y su jardín y el Palacio Ninomaru, cocinas, la guardia y diversos jardines. Un importante y antiguo jardín al que ir es el  Shosei-en, designado Sitio Histórico Nacional en 1936.

A su vez, podéis visitar diversos santuarios como son: Fushimi Inari-Taisha, Heian Jingu, Yasaka Jinja y Sanjûsangen-dô. Si después de todas estas visitas lo que os apetece es relajaros, os recomendamos el Tetsugaku no michi o camino del filósofo, donde encontraréis tiendas artesanales y modestos templos. En estos últimos podremos gozar de impresionantes bosques de bambú, jardines zen e incluible hasta alguna tacita de té con dulces. Lo más destacado de este lugar es pasear en primavera entre los mares de cerezos en flor que nos conducirán hacia un reposo inolvidable.

¡Id a Kyoto si queréis conocer todos los secretos que oculta la antigüedad japonesa!