
Buzios- Playas de Brasil.

Cuando las fiestas especiales, como las rebajas, el cumpleaños de un amigo, un santo, un aniversario… se acercan y el número de regalos que acostumbramos a adquirir se disparan, es usual que nos hallemos cercados en un momento puntual.
Para rehuir que esto nos pase lo que podemos hacer es considerar el temperamento del beneficiario de nuestro ofrenda. Este modus operandi asegurará nuestro éxito. De este modo este post efectuará una proposición para regalar a gente que quieran vivir la emoción.
Primero, sugerimos un paseo en globo aerostático. No es necesario viajar demasiado lejos para pactar un paseo: las principales poblaciones españolas alquilan prestaciones semejante en cuanto a paseos en globo. Apenas puedes seleccionar cuál es tu lugar idílico para verlo a más de mil metros de altitud. Cualquier época del año es buena para disfrutar esta experiencia, pese a que las preferibles horas para contratarlo son el amanecer y el ocaso.
En otro orden de cosas hay la posibilidad de alquilar un camino en helicóptero: desde cinco minutos hasta media hora, según el precio que estemos dispuestos a abonar. Tienen la gran ventaja de que se pueden comprar para grupos de personas.
Para los más aventureros comentamos que hay bautismos en el aire, a importes asequibles en autogiro y ultraligero: desde quince minutos en adelante tendrás la posibilidad de emitir endorfinas que reduzcan tu ansiedad.
Para concluir siempre nos quedará la posibilidad de arriesgarnos a tirarse desde un aeroplano con un paracaídas. Lo que tenemos la opción de comprar es un salto en tándem (con un instructor). Únicamente tendrás la responsabilidad de emocionarte con el salto. El salto es desde cuatro mil metros de altitud y el paracaídas no se abre hasta que estás a 1500: desde este punto te deslizarás por el aire hasta aterrizar.
Buena fortuna, ¡y a surcar los cielos!
Muchas veces, nos empeñamos en buscar la aventura en la adrenalina de descender por el cauce de un río de maneras y por tramos en los que ni los salmones se atreverían a hacerlo. Otras, la aventura se asocia con un entorno desértico, helado o cualquier otro donde la supervivencia es una tarea muy complicada.
Montañas, desiertos, bajo el agua o muchos metros por encima del suelo… casi todo vale para decir que hemos disfrutado de una aventura. Pero el verdadero sentido de cualquier aventura se encuentra en el descubrimiento, bien de algo exterior al aventurero, bien de sus propias sensaciones o límites.
Claro que, para descubrir sensaciones o hasta dónde podemos llegar, a veces ponemos la salud y aun la vida en riesgo, algo que no es necesario. Porque, vamos a ver, ¿qué ley, escrita o no asocia aventura con sufrimiento? ¿Quién dice que no podemos disfrutar de una aventura si no sudamos o nos ponemos en peligro?
Vamos a demostrar que aventura y riesgo no tienen por qué ir de la mano. Para ello, para poder decir que hemos descubierto, nos vamos a un lugar pleno de tópicos y muy escaso de verdades para los occidentales. Nos vamos de viaje a China. No seguiremos ninguna ruta establecida, puesto que sería reducir un país descomunal a unos días de visita. Picaremos un poco de aquí y un poco de allí, para que seas tú quien decida qué le llama la atención y se decida a investigar un poco más.
Ya que hablábamos de superación, de los propios límites y de los deportes, vamos a comenzar nuestra ruta en la provincia de Henan, donde se encuentra el monasterio de Shaolin, célebre por su manera de armonizar el budismo con las artes marciales. Ésta es la cuna del más importante de estilo de wushu (un arte marcial, a la vez que forma de vida) a nivel de todo el mundo.
Como somos así de caprichosos, abandonamos el templo nada más mencionarlo y nos desplazamos a la capital de país, Biejing, pero con la idea de una visita relámpago: un vistazo a la enorme cantidad de monumentos, un par de días disfrutando de la importantísima vida cultural, y a otra cosa.
No podemos dejar pasar la belleza de lugares como Shanghai, Nanjing o Suzhou. Algunos son dignos de quedarse en nuestras retinas por las huellas de un pasado esplendoroso; otros por lo faraónico y aun así estético de su arte. Todos, porque no se parecen en casi nada a cualquier lugar que hayamos visitado.
No queremos terminar este escrito sin hacer una mención a lo que muchos consideran la China auténtica, la de las pagodas y los dragones; la de los agricultores con sus búfalos de agua. La china pobre en dinero pero rica en historias, Historia, tradiciones y cultura.
En todo caso, elijas la ruta el destino que elijas, has de ser siempre consciente de que China representará una aventura en todos los sentidos. Y sin necesidad de que sufras o te juegues la vida.