Finlandia es un país poco conocido entre los españoles, algunos no lo ubican en el mapa de Europa a simple vista y otros creen que pertenece al antiguo bloque soviético.Lo primero que sorprende a los turistas que llegan al país es su geografía, aunque, hay que diferenciar bien la estación del año en que llegamos.
La vista desde el avión, antes de aterrizar en el aeropuerto internacional de Helsinki-Vantaa es espectacular. Una ciudad salpicada entre bosques, lagos, islas y mar por todas partes. No en vano, el país tiene más de 180.000 lagos y otras tantas islas.
La riqueza natural de Finlandia es enorme, dado que casi el 70% de su superficie es masa forestal y el agua, como recurso natural, es abundante en forma de lagos, ríos, lagunas, etc. Una de las actividades que suelen realizar los habitantes de Helsinki con mayor devoción es salir de la ciudad apenas unos kilómetros, y disfrutar de la paz y el sosiego de la naturaleza.
Los turistas que viajan durante el verano por algunas ciudades de Finlandia tienen la posibilidad de disfrutar de paseos en bicicleta, ya que es un medio de transporte que se suele usar mucho, tanto como en países de los alrededores como es el caso de Suecia, Noruega u Holanda, que son tres de los muchos países donde las bicicletas tienen una gran importancia a la hora de poder moverse todos los ciudadanos y todos los turistas.
Las costumbres y convenciones sociales de Finlandia son claramente europeas, pero existen pequeñas variaciones.
Hay que quitarse los zapatos al entrar a la casa de alguien. La explicación es simple. Las casa suelen tener moqueta o parquet y dado que en Finlandia nieva y llueve bastante, la gente tiene por costumbre dejar los zapatos en el recibidor para evitar ensuciar. El no hacerlo se interpreta como una falta de respeto. Los invitados deben abstenerse a beber hasta que el anfitrión brinde por su salud con un “kippis” o “skol” (las formas de decir “¡Salud!”). El apretón de manos y el contacto visual es la forma normal de saludo.
La gastronomía de Finlandia es producto de la dureza del clima y la abundancia de la tierra. Productos como el pescado, las patatas, la carne, la mantequilla y el pan de centeno nunca faltan en la mesa.
Los pescados frescos están en la mayoría de menús del país. El lucio, la trucha, la perca, pescado blanco, salmón y arenque del Báltico son algunos destacados ejemplos que se pueden encontrar en abundancia. El cangrejo de río es otra especialidad, pero sólo disponible entre julio y agosto. Probar la carne de venado (ahumada o cocinada) es imprescindible. Sobretodo si va acompañada de jalea de arándano rojo.
Los platos típicos como el kalakukko —un pastel relleno de pescado y puerco, horneado con una capa de harina de centeno—, y el karjalan piirakat —un pastelillo de harina de centeno rellena de pudín de arroz o papas y acompañado con mantequilla de huevo— son delicias típicas del este del país.
Feliz viaje!