Recuerdo como hace mucho, cuando estudiaba en la universidad, tuve un compañero brasileño, de Curitiba. Aurelio se llamaba, con padres de origen italiano, había tenido la oportunidad de conocer España y finalizar sus estudios de Doctorado en Administración de empresas en Salamanca.
Ya sabéis que los brasileños son capaces de levantar el ánimo a cualquiera, porque tienen por naturaleza una alegría y optimismo innatos. Si un día visitáis Brasil, os daréis cuenta que la gente es muy feliz y siempre tienen una sonrisa en la boca que regalan a todos aquellos que se encuentran a su paso.
Para situarnos un poco, Curitiba es la capital del estado Paraná, en sel sur del país y tiene más de un millos y medio de habitantes. Los alrededores de la capital suman 29 municipios más y cuenta con más de tres millones y medio de habitantes. Su población ha ido creciendo durante estos años gracias a la instalación de fábricas de automóviles.
Una economía muy sólida
Empresas automovilísticas muy conocidas en Europa como Renault, Audi, Volkswagen, Nissan o Volvo, tienen sus factorías en esta ciudad. Dan empleo a mucha gente de manera directa en la producción de sus vehículos, pero también de manera indirecta con su influencia en el comercio local.
Ese movimiento en la economía se nota también en la cantidad de opciones de ocio, de lugares de interés, de centros comerciales… y también de edificios de gran diseño arquitectónico y museos que guardan muchos secretos detrás de las puertas.
Los imprescindibles
Uno de los lugares que no podéis dejar sin visitar es el Museo Niemeyer. El edificio es realmente una joya de arquitectura moderna y en su interior podremos disfrutar de maquetas, fotos, bocetos … de Niemeyer. Se sitúa en el centro de ocio de la ciudad y cerca de muchos edificios oficiales.
La Ópera de Arane es un edificio construido encima de lo que en el pasado fue una cantera. Es una construcción muy especial porque su estructura es de tubos y placas translúcidas. Para algunos es un edificio con mucho encanto, porque además está situado al lado de un lago artificial, y a otros les produce un gran rechazo.
El Parque Tingüi es un lugar donde se nota el rastro de la colonización europea. Dentro podemos encontrar una copia de la Iglesia San Miguel Arcángel que esta en Mallet (en el interior del estado del Paraná). En ella podemos descubrir los famosos huevos pintados, también llamados pessankas.